El enfoque diferencial es una estrategia que permite identificar las particularidades de cada estudiante para garantizar su derecho a una educación de calidad. No se trata de dar un “trato especial”, sino de reconocer las condiciones específicas de cada persona, por ejemplo, pertenecer a un grupo étnico, tener una discapacidad, vivir en condición de desplazamiento o ser víctima del conflicto armado, y ajustar las prácticas pedagógicas para garantizar igualdad de oportunidades.
Este enfoque promueve la equidad y el reconocimiento, pilares de la educación inclusiva.
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